Durante años, conocer qué zona exacta se lleva tu factura de iluminación ha sido un privilegio: contadores dedicados, cableado nuevo, obra, licitaciones, permisos… y presupuestos que se disparan. Resultado: la mayoría de empresas se quedan a ciegas en lo importante, dónde ajustar, cuándo regular y qué espacios priorizar. Porque medir con detalle salía demasiado caro.