Carlos, instalador de toda la vida, siempre tenía la misma pregunta incómoda: “¿Y no me puedes hacer una app para el móvil?”. En este artículo contamos cómo, gracias a Adquio APP Builder, pasa de vender solo hardware a entregar a sus clientes una app web y móvil con su marca, hecha en horas y sin programar, convirtiendo cada proyecto en una experiencia premium.
Carlos es instalador de iluminación y automatización desde hace más de quince años.
Ha visto pasar modas, protocolos y marcas… pero hay una frase que le persigue en casi todas las reuniones:
“¿Y no me puedes hacer una app para el móvil, con mi logo, para controlar todo?”
Cada vez que la escucha, siente lo mismo:
un pequeño silencio incómodo y la respuesta de siempre:
“Eso ya es otro mundo, hay que hablar con un desarrollador, es caro, lleva meses…”
Y ve cómo, en la cara del cliente, la ilusión baja un par de grados.
Una mañana, Carlos recibe la llamada de Laura, responsable de un pequeño grupo de hoteles boutique.
—“Carlos, la instalación nos encanta, pero el equipo de recepción se lía con las pantallas. ¿No habría forma de que lo controlaran todo desde una app sencilla? Algo con nuestros nombres de salas, nuestros horarios, nuestras escenas…”
Carlos mira el calendario: está a tope de proyectos.
Sabe que, si entra en el terreno de “desarrollar una app”, se le va el margen, el tiempo… y la paciencia.
Esa misma tarde, revisando novedades del Ecosistema Adquio, se encuentra con algo que le hace frenar el scroll:
“Llega la revolución en el control desde el móvil con Adquio”
Adquio APP Builder
Empieza a leer… y se le enciende la bombilla.
Lo primero que le sorprende a Carlos es que Adquio APP Builder no es un software más perdido en la nube.
Vive sobre lo que él ya conoce: el Ecosistema Adquio.
Las variables están ahí: temperaturas, escenas, estados de relés, niveles de iluminación, consumos…
Cada una con su código interno para el controlador y su nombre legible para las personas.
Y el concepto es demoledor:
“En lugar de contratar programadores para hacer una app desde cero,
usas las variables que ya tienes en tu Adquio y construyes tu propia app web y móvil arrastrando bloques.”
Sin escribir ni una línea de código.
Sin esperar meses.
Sin depender de nadie.
Carlos piensa inmediatamente en Laura.
Al día siguiente, Carlos se planta en su oficina con su portátil.
Abre Adquio APP Builder conectado al controlador que ya gobierna la iluminación del edificio, de forma remota y transparente para el.
Empieza a diseñar la app del hotel, literalmente, en tiempo real:
En el grupo «principal», un único botón:
“Recepción · Encender / Apagar”, vinculado a la escena que ya tenían programada.
Un segundo apartado: “Desayunos”, con un deslizador para pasar de escena “Madrugadores” a “Ambiente Relax”.
Otro para “Salas de reuniones”, con un selector por nombre de sala en vez de códigos raros.
Y una pestaña de “Ajustes” solo para personal autorizado, donde se puede limitar quién toca qué.
El verdadero giro no fue solo ese proyecto. Fue lo que vino después.
Con Adquio APP Builder, Carlos descubre que:
Antes:
Cada cliente preguntaba por “una app a medida” y la respuesta era un no, o un presupuesto imposible.
Ahora:
Cada vez que entrega una instalación con un controlador Adquio, puede decir:
“Además del cuadro y las escenas, incluimos una app web y móvil hecha a medida de tu edificio y de tu equipo.”
Mismas variables, mismo controlador, interfaces distintas según el tipo de usuario
App simple para el usuario final.
App avanzada para mantenimiento.
Panel web para dirección.
Todo construido sobre los mismos datos, sin rehacer nada.
Antes, su discurso era técnico:
módulos, salidas, protocolos, marcas.
Ahora, vende algo que cualquier cliente entiende:
Tendrás tu app con el logo de tu empresa
«Las escenas se llaman como tus espacios, no como ‘Escena 1»
“Desde el móvil puedes apagar plantas enteras, ver estados, cambiar modos.”
El valor percibido sube. Y con él, su margen como instalador.
Donde antes habría:
Reuniones con desarrolladores externos,
Documentación interminable,
Semanas de idas y venidas…
Ahora hay:
Un controlador Adquio y Adquio.API.
Unas horas de diseño en Adquio APP Builder,
Y la app lista el mismo día.
El tiempo que Carlos dedica se factura mejor, porque está centrado en su conocimiento del edificio y del cliente, no en pelearse con código o terceros.
Carlos también duerme más tranquilo:
Todo el acceso pasa por la seguridad del ecosistema Adquio.
No hay apps extrañas con accesos directos a la red del cliente.
Las acciones quedan registradas y auditadas por usuario.
Si mañana hay cambios (nuevas escenas, nuevas zonas), se actualiza la app, sin rehacer el proyecto.
No hay brecha entre “lo que pasa en el móvil” y “lo que pasa en la instalación”:
es el mismo cerebro, solo otra forma de hablar con él.
Un mes después, Laura llama de nuevo a Carlos.
—“Solo te llamaba para darte las gracias. El equipo se ha adaptado rapidísimo.
Ya no nos peleamos con los controles… y encima los huéspedes alucinan cuando ven que lo gestionamos todo desde una app propia.”
Carlos cuelga y mira su agenda.
Ahora, cada proyecto nuevo tiene una línea indispensable:
✅ “Definir app con Adquio APP Builder”
Porque ha entendido algo clave:
Si ya tienes un controlador Adquio, no tiene sentido entregar solo automatización.
Entregar también una app propia es lo que te diferencia como instalador.
Dentro de esta historia, hay una realidad muy concreta para tu negocio:
Apps web y móviles a medida sin programar, en horas.
Todo basado en las variables que ya definiste en el controlador (códigos internos + nombres amigables).
Mismo trabajo técnico, mucho más valor percibido.
Menos dependencia de terceros, más control sobre la experiencia de usuario.
Una excusa perfecta para:
Revisar instalaciones antiguas,
añadir una app de control,
y convertir proyectos del pasado en nuevas oportunidades de venta.
Si cada instalación con Adquio puede llevar su propia app de control,
Adquio APP Builder es la pieza que convierte tu trabajo técnico en una experiencia premium para tu cliente.
Y eso, en un mercado saturado de hardware, es justamente lo que te hace inolvidable.
